Estamos atravesando una situación difícil, generada por la pandemia del coronavirus, y las empresas que colaboran y prestan servicios al taller, estamos reinventándonos e invirtiendo gran cantidad de recursos para adaptarnos y poder seguir dando un servicio de calidad, que es esencial para nuestros clientes, la formación. Pero, en la otra cara de la moneda, la falta de organización, planificación y medios del taller hace que la formación online, el e-learning, no esté obteniendo los resultados esperados, que debían ser acordes a los medios invertidos.
En mi opinión la formación online ha de ser un complemento a la formación presencial, no el sustituto. He investigado sobre los contenidos que se pueden encontrar online y hay un gran abanico de cursos. He asistido a alguna formación online con las plataformas Microsoft Teams y Zoom y puedo garantizar que me han sido de mucha utilidad.
En ASSITEC, uno de los servicios que ofrecemos al taller es la formación, que posteriormente se complementa con la consultoría de gestión. Pondré un ejemplo; este año, hemos desarrollado formaciones online de 4 horas de duración, que pueden realizarse en dos jornadas de 2 horas cada una, siempre buscando la manera de ofrecer a nuestros clientes la mayor adaptación y flexibilidad.
Pero los resultados obtenidos en asistencia nos han demostrados que el taller tiene carencias organizativas. De ahí el título del artículo, “no tenemos excusa”, ya que, si el taller no asiste a formaciones, presenciales u online, en las que adquirir conocimientos básicos esenciales para su día a día es por esta carencia.
No es la primera vez que al organizar una formación no encontramos con comentarios como “Si dejo de trabajar 2 horas, para sentarme delante del ordenador a dar un curso, no me van a dejar tranquilo”, o “Iba asistir, pero entró un coche cuando estaba en mitad del curso”, o “haré el curso si no tengo faena”. Y ni pensamos en hacerlo desde casa, “Irme a mi casa para dar formación, ¿estamos locos?”.
Todo esto sólo demuestra por un lado falta de planificación, y por otro no dar a la formación la importancia que realmente tiene en el desarrollo y el futuro de la empresa. Ocurre lo mismo cuando el jefe/empresario no quiere que sus empleados acudan a los cursos, con la excusa de que, si los forma, se irán a otra empresa. “Peor que formar a un empleado y que se vaya, es no formarle y que se quede”
Uno de los datos que demostramos en nuestras formaciones es que la falta de organización en el taller implica estar 12 horas en el taller “trabajando” para obtener ratios de eficacia inferiores al 80%. Y esto sólo se puede solucionar con organización y planificación.
Normalmente las convocatorias de formación se reciben con más de 2 semanas de antelación, tiempo más que suficiente para que un gerente o propietario de un taller, organice y planifique el trabajo para que él u otro trabajador se conecte 2 o 4 horas delante de un ordenador.
Y los medios necesarios no requieren inversiones especiales; sólo hay que tener un ordenador y unos auriculares.
En poco tiempo han cambiado muchas cosas pero en momentos de cambio, la adaptación es absolutamente necesaria. En caso contrario, acabaremos como los dinosaurios, desapareciendo.
No deis de lado la formación, sea del tipo que sea. Cuando vuelva la normalidad, que volverá (vaso medio lleno), ya volveremos a esas reuniones tan productivas en las que intercambiar experiencias, con comidas y paradas para el café, que se producían en las formaciones presenciales, pero mientras tanto, no dejéis de formaros. Y si con esta formación os ayuda a planificar mejor, seguro que complementaréis en el futuro ambas modalidades formativas.
